lunes, octubre 23, 2006

Sépanlo: La cocaína que hoy inspira un consumidor europeo o norteamericano, ayer estuvo en el intestino de un "mula"

La detención de 17 “tragadores” de la cocaína colombiana y boliviana que sale por territorio Paraguayo rumbo a Europa y Estados Unidos, permitió descubrir que “la merca” llega a los consumidores en el intestino de los “mulas”, lo que sin embargo, no reduce el precio porque los consumidores finales probablemente desconocen el secreto medio de transporte utilizado. Una información divulgada por la Policía indica que el flete se hace así y que lo que hoy está en el tracto digestivo de proveedores, mañana está en el tracto respiratorio de consumidores famosos como por ejemplo Kate Moss.

En lo que va del año cayeron 17 “barrigueros” con más de 10 kilos de estupefacientes. Hasta hace unos años eran más bien mujeres las que transportaban el polvo en sus partes íntimas, en maletas de doble fondo, plantillas de zapatos o impregnadas en ropas. La mayoría provenía de Bolivia, aunque el origen de la mercancía era Colombia.
La Policía descubrió sin embargo que los métodos han cambiado y ahora son utilizados los "correos humanos" o "tragadores", que también son llamados “mulas”.
Estos personajes reciben aproximadamente 500 dólares por alquilar su estómago e intestinos y por expulsar pacientemente –por el final del tubo digestivo- la mercancía sin estropearla. Corren enormes riesgos pero muchos de ellos prefieren no pensar en el peligro ante la presión de uno de los mayores problemas de Latinoamérica: la pobreza.

Tres horas para tragar
Un “tragador” requiere de unas tres horas para “incorporarse” 1,5 kilos de cápsulas con cocaína. Realizan para ello un minucioso entrenamiento que incluye la deglución de cubitos de zanahoria, uvas enteras o trozos de salchichas, que no deben masticar para acostumbrar el esófago y evitar vómitos.
Un par de días antes de emprender el viaje, el “container humano” (CH) debe interrumpir la ingesta de alimentos sólidos y nutrirse exclusivamente a base de caldo de gallina. Un CH puede cargar hasta un kilo y medio de droga en su organismo, aunque varía según el comportamiento digestivo y la talla física del mismo. El límite para evacuar las cápsulas es de uno a dos días. Cumplido el plazo, el riesgo de muerte aumenta dramáticamente, porque los jugos gástricos actúan sobre las cápsulas y la posibilidad de que estas se rompan es muy elevada. Si eso ocurre pararía su corazón en poco tiempo.
Queda flotando la pregunta de si los consumidores de cocaína, incluso los de más elevada estirpe y fama como Kate Moss, deben realizar frecuentes tratamientos de desintoxicación de cocaína propiamente o de probables parásitos intestinales que podrían contaminar involuntariamente, la costosa “merca”.

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