¿El Paraguay gana con el biodiesel?: Andá freí mondongo

Bueno, conviene decir toda la verdad. Y la verdad duele. Del mismo modo que hoy día el éxito exportador de la carne implica que debemos pagar por un kilo de tapa cuadril la dolorosa suma de 22 mil guaraníes (4 dólares por algo que hasta hace poco costaba US$ 1,5), cuando produzcamos en abundancia alcohol carburante y biodiesel a partir de aceite de soja, las tortillitas, vale decir las frituras, se irán a las nubes.

Unos cuantos harán el negocio de su vida pero los consumidores no tendremos muchas razones para sentirnos orgullosos.
Otra cosa, la ciudad va a oler a tortillitas del Mercado 4 cuando los colectivos quemen aceite de soja mezclado con oleos de maní, coco, tártago y semilla de algodón.
La noticia simpática es que los vendedores de milanesa en los kioscos callejeros que se colocan en las cercanías de los espectáculos públicos movilizadores, podrán comprar el aceite directamente de las estaciones de servicio, naturalmente que formando cola detrás de los vehículos que llegan primero.
El riesgo con relación al alcohol carnburante es que puede ser utilizado para la producción de "caña clandé" y aquí también se puede dar un fenómeno parecido al caso anterior. O sea que los beodos tendrán condiciones de ir a aprovisionarse a las mismas estaciones de servicios, salvo que se proceda a la desnaturalización del combustible para que no sea apto para consumo humano.
Son los pequeños grandes contratiempos del inminente proceso de sustitución de las fuentes tradicionales de aprovisionamiento de combustible automotor.