viernes, noviembre 24, 2006

Putin se la pasa reventando a quienes lo investigan y el último fue un ex espía que murió envenenado con polonio 210

Así lucía el envenenado poco antes de dar su adiós a este mundo cruel.


Bueno, si los norteamericanos circulan por el mundo infernizando la vida de los irakíes, Vladimir Putin deambula por el Planeta ordenando envenenamientos. Por ejemplo, el del ex espía ruso Alexander Litvinenko, muerto por un envenenamiento que el ahora occiso, se encargó de decir claramente de donde provenía y escribió una esquela que dice dirigiendose a don Vladi: "Usted puede tener éxito en silenciar a un hombre, pero los gritos de protestas de todas partes del mundo van a resonar, señor Putin, en sus oídos el resto de su vida. Que Dios le perdone por lo que ha hecho, no sólo a mí, sino a la querida Rusia y a su pueblo".

Añade la misiva que fue leída ayer por un amigo de Litvinenko: "Ha mostrado ser tan brutal y despiadado como sus más feroces críticos han denunciado". La lectura se hizo ante los periodistas y en presencia de Walter Litvinenko, padre del ex espía. El padre, con la voz entrecortada, ha afirmado: "Este régimen es un peligro mortal para el mundo".
En el pipí del envenenado hallaron gran cantidad de una sustancia radiactiva denominada polonio 210. Los investigadores, que examinando la casa de Litvinenko (en el norte de Londres) y todos los lugares en los que estuvo desde el día en que fue presuntamente envenenado, han encontrado "niveles de radiación" en el 'Sushi bar' de Londres en el que comió antes de enfermar.
Litvinenko, de 43 años, era conocido por sus críticas a Vladimir Putin y estaba investigando la muerte de la periodista Anna Politkovskaya que también investigaba al mandamás ruso. La lección es que no hay que investigar más al Putin ese.

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